Hace unas semanas leí Firmín, la primera novela de Sam Savage, un filósofo nacido en Carolina del Sur y doctorado en la Universidad de Yale pero a quien le gusta ser presentado también como “mecánico de bicicletas, carpintero, pescador y tipógrafo”.
Me pareció un libro muy especial. Firmín es una pequeña rata que va contando sus memorias desde una vieja librería de Boston en los años 60 del siglo pasado. En ella se cobijó su madre para dar a luz a sus 13 criaturas, siendo la última precisamente Firmin.Y allí se quedó a vivir, estando marcada su vida por el amor a los libros y a la lectura. Es curiosa su paulatina transformación, primero utiliza los libros para comérselos, pero poco a poco empieza a leerlos y a disfrutar de sus historias.
Para los amantes de la lectura.
Al pricipio me limitaba a comer, royendo y masticando tan felíz, siguiendo los dictados de mi gusto. Pero pronto empecé a leer, un poco por aquí, otro poco por allí, en los bordes de mis comidas. Y según transcurría el tiempo fuí leyendo más y masticando menos, para terminar pasándome prácticamente todas las horas de vigilia leyendo y comiéndome sólo los márgenes.
<---Segunda parte del texto --->
No hay comentarios:
Publicar un comentario